La lengua es una vía para conocer el mundo. Necesitamos la lengua como un medio de conocimiento, es por ello por lo que a través de la lengua conocemos aspectos de las diferentes disciplinas. A través de la lengua apreciamos y sentimos la estética de la belleza artística de la literatura, la música, o podemos descubrir el conocimiento de las ciencias humanísticas, valoramos y juzgamos decisiones éticas y morales, nombramos términos científicos... A través de la lengua conectamos con la realidad y es en esta conexión donde entra en juego la enseñanza y aprendizaje interdisciplinarios.

Podemos elegir este concepto clave en nuestras unidades si en ellas hay algún aspecto en el que se lleve a cabo esta relación interdisciplinaria. Quizás una unidad sobre la conciencia medioambiental o sobre las innovaciones científicas y tecnológicas, o una unidad sobre cuestiones morales a través de los prejuicios culturales o discriminación racial, o también una unidad sobre la geografía física de los países del mundo hispano.

Como vemos, este concepto está íntimamente relacionado con la esencia de la lengua, si la entendemos como una vía o medio del que disponemos para comprender y transmitir el conocimiento del mundo, ya sea desde una perspectiva global o personal. Esta perspectiva personal está representada en las experiencias personales del indiividuo, en nuestro caso, nuestros alumnos, por ejemplo, cuando conecta con su pasado, con su cultura, con su familia o comunidad.

Concretamente este aspecto es evidente en el tercer aspecto de los objetivos / criterios A y B, cuando el alumno conecta con los textos. Dentro de los enfoques de aprendizaje,​ lo podemos encontrar en la categoría de habilidades de pensamiento ​habilidades de pensamiento, concretamente en el pensamiento crítico y transferencia, en la que los alumnos deben cuestionar aspectos o temas mostrando su perspectiva y siendo consciente de la existencia de otras perspectivas sobre el tema.