Ideas para la comprensión

viernes 8 de febrero 2019

¿Qué te parecen estas ideas?

Después de haber realizado alguna actividad para motivar a los alumnos a leer los textos y ayudarles a activar sus conocimientos previos, los cuales van a necesitar para comprender mejor el texto, dejarles leer el texto sin decir nada más, en silencio, a su ritmo, como lo leemos en la vida real, sin un propósito impuesto y sin una tarea determinada. De ese modo cada uno lo leerá a su manera. Cuando terminen, y es importante que se les diga desde el principio, cada uno puede decir algo que ha entendido, o que le ha gustado, interesado. No es el momento ahora de preguntar por dificultades de comprensión, por las palabras que no han entendido, no es necesario hacer ninguna pregunta concreta, sino simplemente compartir esta primera lectura de una forma relajada. Pueden comentar aspectos como si les ha costado leerlo, si lo han encontrado difícil y las razones para ello, si les gusta el tema y lo que han sentido.Y sobre todo no esperemos que hayan hecho una lectura global del texto. Esta es muy difícil porque se tienen que entender las partes para que nuestro cerebro pueda hacer un todo y luego resumirlo. Yo llamo a este tipo de lectura de contacto, porque es simplemente la primera vez que se lee el texto. No olvidemos que, en la vida real, fuera del aula, leemos lo que queremos y con un propósito determinado, pero en estos momentos no existe una necesidad real de leer ese texto sino la de aprender más español y prepararlos para el examen. Con un poco de suerte, el tema y el tipo de texto les interesa y motiva a seguir leyendo.

Ahora ya volvemos a leer el texto y si este es largo puede ser que leamos parte por parte. De nuevo en silencio y ya con una tarea que les proponemos y que les ofrecemos antes de leer el texto. Ya sé que en los exámenes la tarea viene después y esto está bien porque en el examen la tarea es evaluativa, les estamos evaluando lo que han comprendido del texto, pero en el aula tenemos que ofrecer tareas que les ayuden a comprender, no solo evaluar.

Los alumnos con seguridad no conocerán muchas de las palabras que aparecen en el texto. Decidles que según las van encontrando sin preguntar, las subrayen (o resalten de algún modo) y sigan leyendo. No pasa nada si no entienden, porque les vamos a ayudar después. Si estas palabras son muchas y se ve en seguida por el número que han resaltado, sentadles en parejas y que unos a otros se expliquen las palabras que ellos sí han entendido, después se pueden sentar en un grupo de cuatro. Se trata de que entre todos utilicen sus estrategias: inferencia y predicción, entre otras, para adivinar el significado. Después pueden utilzar los diccionarios, pero solo pueden buscar cuatro palabras, una cada uno, así que tienen que esforzarse y decidir cuáles son las realmente importantes. Esta es una excelente práctica para el futuro. Si paramos continuamente mientras leemos para buscar palabras en el diccionario, perdemos la fluidez lectora que necesitamos para que nuestra memoria operativa funcione bien. De no ser así, olvidamos lo que acabamos de comprender. Si es necesario, el profesor puede explicar alguna palabra más, una de cada grupo que tienen que decidir.

Al corregir las tareas, es importantísimo que no siempre respondan los mismos alumnos, da tiempo a todos. De todas formas es mejor que comprueben sus respuestas primero en parejas. Después al hacer la corrección no vale con decir verdad o mentira y ni siquiera justificarlo o decir b o c, por ejemplo. Del modo más efectivo en cada contexto, la persona que da la solución tiene que resaltar en frente de todos dónde está la información que corresponde a las respuestas de esa tarea y cómo han llegado a conseguir esa información. Es importante que los alumnos sean (o empiecen a ser) conscientes de sus estrategias ya que están utilizando la metacognición (las estrategias metacognitivas, el entender cómo se comprende y aprende) y que se pongan en común para que el alumno que no hubiera entendido en el momento de realizar la tarea, empiece a comprender el proceso. Y siempre, si los alumnos tienen otra respuesta a la que nosotros esperábamos, debemos darles la oportunidad para que digan por qué han contestado de esa manera y entre todos ver si es posible o hacerle ver por qué no lo es.