La producción oral

En este apartado de la producción oral realizamos un análisis de esta destreza sin diferenciarla en expresión oral e interacción oral de momento, sino viendo los factores que intervienen y los pasos que hay que dar. En otros apartados las tratamos por separado.

Los factores que afectan a la producción oral

Hay una serie de factores que tenemos que estudiar y tener en cuenta a la hora de trabajar la producción oral con nuestros alumnos:

1.   Factores afectivos:

Uno de los problemas que nos encontramos los profesores ante la práctica de la expresión /interacción oral es la gran diferencia en la participación que hay entre los alumnos y ahora no nos referimos sólo al nivel. Cuando realizamos una actividad de producción oral algunos alumnos no participan en absoluto y otros monopolizan demasiado la clase. Esto es debido a:

  • La personalidad: Puede ser muy diferente. Algunos alumnos son extrovertidos, otros tímidos; A algunos les cuesta hablar en público o tienen poca o mucha confianza en sí mismos; Algunos hablan mucho en su lengua materna, otros son más bien callados. Algunos se crean una ansiedad al no poder expresar exactamente lo que quieren o no disponen de la creatividad para suplir el conocimiento exacto, a otros les da igual el cómo lo dicen con tal de hablar, se arriesgan.
  • La actitud ante el error: Es muy importante al aprender una lengua el ser conscientes de que vamos a cometer errores y aceptarlo. Muchas veces las incorrecciones que produce el aprendiente no son ni siquiera errores, se trata de deslices. Conocen las formas correctas pero no tienen tiempo de reflexionar y se “les escapan”. Ej. Dicen la día, aunque saben perfectamente que es masculino; se olvidan del participio irregular de poner, aunque si les preguntamos responden sin dudarlo, puesto.  A muchos alumnos les molesta el hablar con errores, se sienten estúpidos o frustrados: Yo sé mucho más de este tema pero estoy sonando como si fuera idiota. Otros incluso tienen una especie de miedo al error. Hay alumnos (los menos)  a los que no les importa hablar con errores, ni siquiera son conscientes de ellos y se lanzan a hablar sin ningún tipo de coacción.

Es difícil atender a todos estos factores pero al menos lo podemos intentar: La mejor manera es hablando con los alumnos, diciéndoles que es importante que se animen a hablar porque necesitan la práctica, pero que lo van a hacer en parejas o grupos pequeños para no enfrentarse a toda la clase. También se les dará siempre suficiente tiempo para preparar lo que ponen en común, de manera que se sientan seguros de lo que van a exponer. Respecto a los errores también hay que hablar mucho con ellos. Decirles que gracias a los errores nosotros vemos las dificultades que ellos están teniendo, que no es malo cometerlos, y podemos negociar su corrección, incluso de manera individual. Por último debemos respetar su personalidad. Es conveniente tener alguna sesión en clase en su lengua materna donde se discuten todos estos temas para ver cómo reaccionan cuando pueden expresarse sin problemas y estudiar mejor sus personalidades.

2.   Factores cognitivos

No todos los alumnos disponen de las mismas capacidades. Por ejemplo algunos tienen una gran memoria para acordarse del léxico que han estudiado, pero otros no. También hay que tener en cuenta el tema que se está tratando y el conocimiento que los diversos alumnos tienen del mismo. Si el tema es conocido o interesante para ellos, es mucho más fácil la participación.

  • La complejidad: Vamos a poner un ejemplo: En una unidad presentamos léxico nuevo y una estructura gramatical. Después de haberlo trabajado terminamos la unidad con una tarea final oral en la que tienen que utilizar todo junto. Ahora tienen que utilizar todo lo nuevo, pensar lo que van a decir, tener cuidado con la pronunciación… La producción es demasiado exigente. Quizás la solución sea no ser demasiado ambiciosos. Cuando queramos trabajar la fluidez, es conveniente bajar el nivel de todos los demás componentes y tratar un tema muy familiar para ellos donde tengan que pensar poco lo que tienen que decir. ¿Por qué no volver a utilizar material conocido o incluso repetir exactamente la misma actividad? Si hemos trabajado un texto y el vocabulario ya es conocido, creemos una tarea oral basada en ese texto. Se ahorra tiempo.
  • Elección del tema: A veces en nuestras clases montamos debates o juegos de roles sobre “grandes temas” que en la vida real pocas veces tienen lugar. Los alumnos se sienten desbordados por el papel que tienen que interpretar y los argumentos que tienen que buscar. La vida cotidiana es bastante más banal y así son la mayoría de las conversaciones.  La situación de debate a favor y en contra a la que ellos no están acostumbrados, les intimidaría ya en su lengua materna. Debemos buscar temas donde tienen ya una opinión formada y no tienen que hacer la labor de pensar en el qué y el cómo al mismo tiempo. Trata temas conocidos para tus alumnos, quizás simplemente desde una perspectiva diferente. Si trabajas en un colegio o instituto, habla de temas de la cafetería, de reglas del colegio, de problemas entre los alumnos, etc. Si el grupo es monolingüe y de adultos habla de un tema cotidiano: sus costumbres, un viaje, un tema que está al día del que sabes que están informados y hablando en su propia lengua.
  • El léxico: Cuando los alumnos hablan necesitan muchas palabras. Algunas de las que les van a hacer falta no las conocen pero es que es imposible prepararlos de antemano. La conversación debe ser espontánea y no sabemos hacia dónde va a ir. (Consulta los apartados sobre léxico que tenemos). No obstante podemos ayudarles:

       - Proyectando un glosario en ambas lenguas al que se pueden referir cuando se quedan atascados. Este glosario incluiría las palabras más frecuentes que se suelen emplear cuando se habla de ese tema.

         -  Proporcionándoles el vocabulario a medida que lo van necesitando, sin traducir, ni explicar, simplemente como un diccionario parlante.

        - Enseñándoles una serie de estrategias para solucionar el problema del desconocimiento de una palabra: (No sé cómo se dice en español, en inglés es… / Describir, es una cosa redonda que sirve para…)

  • La pronunciación: Se debe trabajar la pronunciación para dar a los alumnos la confianza que necesitan en la producción oral. Se pueden realizar actividades de lecturas en voz alta, sobre todo de diálogos. A los alumnos les da la práctica que necesitan para trabajar sobre todo la entonación. Esto es lo que hacen los actores antes de interpretar. Podemos empezar con el grupo grande y después en pequeños grupos leen y se graban. Primero debemos practicar las palabras aisladas que ofrecen dificultad por su fonética. Después, grupos de palabras juntas. Al leer todas las frases tenemos que marcar las pausas, los acentos.
  • La gramática: Al trabajar la producción oral, olvidémonos de la gramática. No es el momento ni de practicar estructuras ni de explicar o corregir. Todo esto ya se debería haber hecho o ya se hará después. Si vemos dificultades concretas con una estructura en el transcurso de la tarea, siempre podemos anotarlas y preparar una clase posterior.

3. Factores comunicativos

Tenemos que empezar a trabajar las estrategias de comunicación desde el primer día de clase con tareas muy simples y no demasiado pretenciosas para dar a los alumnos la confianza que necesitan. Puede ser que los alumnos aunque utilizan estas estrategias en sus lenguas, no lo hagan en español. Estos son algunos de los recursos que se pueden practicar y posteriormente emplear:

Utilizar mímica, las manos, el movimiento del cuerpo, … o elementos paralingüísticos, (gestos) para ayudarnos a expresar lo que queremos. 

o   Explicar el significado: Al no encontrar la palabra exacta para alquilar un coche decimos, no, no compramos, sólo para unos días.

o   Emplear otro idioma: Como no sabemos la palabra en español, utilizamos la que conocemos en inglés o cualquier otro idioma. Con un poco de suerte nos entienden.

Usar la definición: Quiero decir una palabra en concreto que no conozco y utilizo dos juntas, la mesa para trabajar, el objeto para cortar papel, etc.

o   Hacer uso de las palabras comodín: un chisme, una cosa, etc.

o Aprender a utilizar recursosque nos den tiempo para hablar. Frases como La verdad es que…, lo que pasa es que… son utilizadas continuamente por hablantes nativos.

Los marcadores discursivos, que nos permiten añadir o reformular  algo a la conversación o rectificar o concretar lo que estamos diciendo. Tenemos que dedicar clases a su trabajo, no salen espontáneamente.

All materials on this website are for the exclusive use of teachers and students at subscribing schools for the period of their subscription. Any unauthorised copying or posting of materials on other websites is an infringement of our copyright and could result in your account being blocked and legal action being taken against you.