Lectura y escritura analíticas

martes 27 de febrero 2024

 

En su libro Escribir en la universidad, Phyllis Creme y Mary R. Lea ([1997] 2000) se proponen ofrecer a los estudiantes “métodos apropiados que les permitan colocar la redacción en el centro del aprendizaje”, convencidas de que “escribir y aprender son actos tan íntimamente relacionados que no se los puede separar” (p. 13). Y lo mismo podríamos decir de la lectura y la escritura.

Como ellas mismas explican en el capítulo 5, la lectura es parte del proceso de escritura, es decir, es “un medio para mejorar la propia redacción” (p. 77). Por ello, ofrecen métodos para emprender una lectura eficaz de los textos, especialmente, los académicos (no literarios). Sin embargo, varias de sus ideas son extensibles a la lectura de obras literarias.

Creme y Lea desarrollan una serie de estrategias que pueden ser provechosas durante todo el año de clases, pero más aún durante la preparación para los exámenes, para enfatizar ciertos aspectos importantes en vistas de la evaluación o bien de la Prueba 1 y la Prueba 2 o bien del Ensayo del NS o la Monografía. Estas estrategias tendrán, por supuesto, su correlato en la escritura.

Las autoras señalan que dos de esas estrategias de lectura tienen como propósito “dar sentido a la lectura” después de lo que llaman “lectura global”:

1. Ensamblar la lectura: “[…] abordar la lectura de un modo que permita integrar cuanto se lee y estudia” (p. 94). Para ello, Creme y Lea proponen considerar el siguiente cuestionario cuando se lee y cuando se toman notas de lo que se lee (“lectura global”):

  • ¿Cómo se relaciona este material con lo que ya conozco acerca del tema?
  • ¿Cómo se relaciona este material con otras fuentes sobre el mismo tema?
  • ¿En qué argumentos o teorías conexas me hace pensar esta lectura?
  • ¿Cómo usaré en mi ensayo lo que estoy leyendo?
  • ¿Cómo puedo utilizar lo que leo y a la vez las ideas que ya tengo sobre el tema?
  • ¿Qué debo agregar para utilizar constructivamente esta lectura en mi trabajo?
  • ¿Qué debo descartar para utilizar constructivamente este material en mi trabajo?

(p. 94)

2. Lectura analítica: analizar lo que se lee; forma parte “de una estrategia que permitirá al lector leer fructíferamente con vistas a la posterior redacción de textos” (p. 95). Para lograrlo, el estudiante debería ser capaz de responder las siguientes preguntas:

  • ¿Cómo presenta el texto el autor?
  • ¿Explicita la temática de la que va a ocuparse?
  • A su criterio, ¿qué dice el autor?
  • ¿El autor da por sentado que usted posee un cierto conocimiento sobre el tema?
  • ¿Puede descubrir la tesis o idea central del capítulo, libro o artículo?
  • ¿Puede comprender las diferentes partes del texto y cómo se ensamblan entre sí?
  • ¿Qué clase de pruebas utiliza el autor para fundamentar su argumento?
  • ¿El argumento parece algo tendencioso o parcial?
  • ¿El argumento es aparentemente lógico?
  • ¿Puede descubrir los temas que usa el autor para respaldar su argumento?
  • ¿Se llega a la conclusión a través de lo que expone el autor o se agregan nuevas ideas?

(p. 95)

En el capítulo siguiente, Creme y Lea se concentran en la escritura, específicamente, en la forma de estructurar un texto académico, fundamental para relacionar conceptos (p. 110). Las autoras se refieren a distintos tipos de estructura:

  1. la redacción cronológica;
  2. la redacción descriptiva;
  3. la redacción centrada en la causa y el efecto;
  4. la redacción centrada en la comparación y el contraste;
  5. la redacción centrada en el resumen;
  6. la escritura analítica;
  7. la redacción centrada en la evaluación.

Si bien, en los componentes de evaluación de Literatura y de Lengua y Literatura, los diversos tipos pueden tener lugar en distintas proporciones, sin dudas, resulta fundamental, para el éxito de los estudiantes, enfatizar la importancia de la escritura analítica (6.) —“Considerado en profundidad: ¿de qué trata todo esto?”— y de la redacción centrada en la evaluación (7.) —“¿Cuál es el valor de esto? ¿Por qué es importante?”—; para la Prueba 2, también la redacción centrada en la comparación y el contraste (4.) —“¿En qué difieren y en qué se asemejan dos cosas?”— (pp. 110-115).

Analizar, como explican Creme y Lea, implica, entre otras cuestiones, preguntarnos, por ejemplo: ¿qué significa esto?, ¿por qué es importante?, ¿qué función cumple?, ¿cómo se lo vincula con el resto?, ¿podemos explicarlo? (p. 113). Evaluar implica emitir juicios y justificarlos y, por lo tanto, exige un enfoque analítico (p. 115). Estas son dos capacidades que el IB evalúa de manera especial: en efecto, análisis y evaluación son, precisamente, los ejes en torno a las cuales giran el criterio B en Prueba 1, Prueba 2 y Ensayo del NS, y los criterios B (“Conocimiento y comprensión”) y C en Monografía (“Pensamiento crítico”).

En nuestra página, encontrarán mucho material enfocado en desarrollar o potenciar todas estas capacidades en las Unidades de trabajo de Lengua y Literatura  y de Literatura, pero también en la sección Evaluación. No dejen de visitar, particularmente, Recursos para el alumno ("tips")  y "Guias y esquemas" en Recursos para el profesor (actividades, modelos y muestras).

¿Y ustedes? ¿Qué estrategias de lectura y escritura les proponen a sus alumnos? ¿Cómo trabajan los procesos de lectura y escritura en el aula? ¿Qué sugerencia le darían a un colega para mejorar la lectura y la redacción de sus estudiantes? ¿Qué tipo de materiales relacionados con este tema desearían encontrar en la página?

¡Esperamos sus comentarios!

¡Hasta el próximo posteo!


Etiquetas: blog, evaluación, estrategias, Prueba 1, Prueba 2, Ensayo del NS, Monografía