Etapas de la poesía nerudiana

Pablo Neruda fue un escritor muy prolífico y, en la trayectoria de su poesía, se puede advertir una evolución de temas y formas que van marcando distintas etapas. Sin dudas, sus orígenes, sus lecturas, su relación con otros poetas, sus viajes por el mundo y su compromiso político son las variables que se ponen en juego en esa evolución.

Los críticos, entonces, suelen marcar cinco etapas o períodos en su producción:

• Etapa neorromántica: abarca desde Crepusculario (1923) hasta Tentativa del hombre infinito (1926). Su obra más importante de este periodo es Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924). En esta etapa, predomina el tono romántico y, como eje temático fundamental, el sufrimiento, el dolor, la soledad, aun en la poesía amorosa. El paisaje tiene un lugar preeminente. Desde el punto de vista formal, aún está sumido en la métrica tradicional.

• Etapa vanguardista: a esta etapa pertenecen Primera residencia en la tierra (1931) y Segunda residencia en la tierra (1935). Neruda está en contacto con las vanguardias europeas y, aunque niega muchas veces esa influencia, es clara, fundamentalmente, la del Surrealismo. Pero esto no implica una deshumanización de la poesía: por el contrario, el sufrimiento, la soledad, la angustia, el miedo, siguen apareciendo en su obra. Selena Millares lo explica claramente en “La vanguardia nerudiana, una escritura de la negación”: “Neruda niega y afirma a un tiempo la vanguardia, en una actitud que en su época se explica y justifica plenamente: no se puede luchar contra el adocenamiento con un lenguaje adocenado, pero la renovación estética y el experimentalismo no han de suponer el olvido de la condición humana en una época convulsa; no han de suponer, en suma, la deshumanización del arte. […] En definitiva, puede decirse que la poética nerudiana no es en absoluto ajena a las nuevas propuestas de la vanguardia, si bien los modos y raíces de esa asunción no son directos: sencillamente, Neruda bebió del mismo aire de época, y de las mismas fuentes: Baudelaire, Mallarmé, Rimbaud y demás patriarcas de las nuevas estéticas son también los autores que pueblan el imaginario del más joven Neruda […]”. A fines de esta etapa, conoce a los poetas de la Generación del 27, como Federico García Lorca, de quien fue muy amigo.

• Etapa de poesía social y humana: es un momento marcado por su llega a Madrid como diplomático en 1934 y el estallido de la Guerra Civil Española. Es una etapa, entonces, de expresión de su compromiso político, que implica el apoyo a la Segunda República española. Esta etapa está representada por España en el corazón (1937) y Tercera residencia en la tierra (1947). Y también por los textos publicados en los cuatro números de la revista Caballo verde para la poesía (1935). Pero es Canto general (1950) la obra fundamental, que tiene a América como objeto de su lirismo poético: su actitud es de exaltación épica y su eje principal, el compromiso con los oprimidos a través de la poetización de la naturaleza y la historia americana.

• Etapa de poetización de lo cotidiano: es un momento de retorno a lo doméstico. Abarca Odas elementales (1954), Nuevas odas elementales (1955), Tercer libros de las odas (1957) y Navegaciones y regresos (1959). Se destaca el optimismo de un hombre alegre, relacionado con el mundo, que vuelve a lo concreto, a lo simple.

• Etapa de reflexión íntima: continúa el tono de la etapa anterior, pero ahora estará más volcado a la intimidad. Las obras más importantes de este momento son Estravagario (1958), Cien sonetos de amor (1960) y Memorial de Isla Negra (1964).

Etapas adaptadas de Bracaccini, Gabriela y otros (1994). Literatura argentina e hispanoamericana. Buenos Aires: Santillana.