Los factores afectivos

miércoles 6 de mayo 2015

Son todos aquellos factores conectados con las emociones y los sentimientos. Damasio, autor del error de Descartes, define las emociones como las reacciones del cuerpo ante una situación negativa o positiva y los sentimientos como las percepciones que nosotros tenemos sobre esos cambios. Estos factores afectivos se entrelazan con los factores cognitivos y solo la combinación de ambos puede dar lugar a un buen aprendizaje.

Cuando se activa el sistema emocional (está comprobado científicamente) se aprende mejor porque se sueltan elementos químicos que influyen a la amígdala y al hipocampo en nuestro cerebro. Por lo tanto es importante para un óptimo aprendizaje crear un ambiente en la clase motivador, respetuoso y seguro donde se trabaje de forma colaborativa, se resuelvan conflictos y se atiendan y controlen las emociones, tanto de los alumnos como de los profesores

Aunque ya había habido muchas referencias a las competencias socio-afectivas en educación en el pasado, quizás fue la psicología humanista, con Carl Rogers y Abraham Maslow como dos de sus máximos representantes, quienes más insistieron en su importancia. Estas competencias, que son las habilidades que toda persona tiene para gestionar y experimentar las emociones, tienen que ser atendidas en clase de forma explícita, es decir, trabajándolas a través de materiales y actividades para que los alumnos sean más conscientes de ellas.

Os dejamos con una actividad para practicar el vocabulario de una unidad con los alumnos. Se dibuja en la pizarra un monigote de este tipo y los alumnos dibujan cada uno el mismo monigote en sus libretas. Es importante que sea grande para que se pueda escribir en él.

Se van recogiendo las palabras, ya sea en un mapa mental, una lista o cualquier otro método. Se empieza por un ejemplo, por lo que se dirá una palabra (si pueden ser colocaciones, mejor) y el profesor la escribe en la parte del cuerpo con la que la asocia delante de todos los alumnos. Se trata de "sentir" las palabras y tratar de recordarlas asociadas a una parte de nuestro cuerpo. Por supuesto que no tenemos que estar de acuerdo.

Después se van diciendo el resto de las palabras o colocaciones y ya, una vez entendidas las instrucciones, se realiza una actividad individual y luego se ponen los monigotes en común en grupos pequeños. Es muy interesante ver las distintas versiones y oir los argumentos para justificar la elección. ¡Que os divirtáis!!

Algunos ejemplos:


Portafolios
10 Jun. 2015
El microrrelato
14 Abr. 2015