Las cinco "C"

jueves 28 de enero 2016

En una entrevista que me hicieron en diciembre en los Encuentros de Barcelona de International House, hablé de las 5 C que yo consideraba importantes en nuestra profesión. Hoy quería compartirlo con vosotros.

  1. Claridad

Considero que el docente debe cuidar más el discurso en el aula. Nuestras intervenciones no pueden ser demasiado largas, porque son los alumnos los que más tienen que practicar en clase la expresión e interacción oral. No obstante, hay muchos momentos importantes en los que el profesor habla y por este motivo su discurso debe estar muy cuidado. Se necesita claridad, tanto en las explicaciones como en las instrucciones. Si todavía no se tiene mucha experiencia, estas instrucciones o explicaciones deben prepararse con anterioridad, para que lo que decimos no sea confuso, para ir al grano, para no perdernos en frases complicadas que no ayudan a la comprensión. Un discurso corto y estructurado, resaltando siempre los puntos importantes. Lo bueno si breve, dos veces bueno.

  1. Comprobación

Una vez que se hayan dado las instrucciones o las explicaciones, debemos pasar inmediatamente a comprobar si los alumnos nos han comprendido. ¿Han sido entendidas las instrucciones? Es el momento de pasar por los grupos y comprobar si realmente están realizando la tarea de una forma correcta y efectiva; si han sido explicaciones, debemos proponer una tarea donde veamos inmediatamente si han comprendido lo explicado. No se puede dar nada por hecho. De nuestras instrucciones y explicaciones al aprendizaje del alumno hay un largo camino y muchos factores pueden influir para que nuestro objetivo no se consiga. Comprobando, nos daremos cuenta de ello y encontraremos soluciones para que el aprendizaje se lleve a término.

  1. Coherencia

Debemos intentar que nuestros alumnos confíen en nosotros, que sientan que su aprendizaje está en buenas manos y que nosotros nos preocupamos por su mejor forma de aprender. Además debemos asegurarnos de que nuestras clases, nuestro método, tengan coherencia. Con ello me refiero especialmente a los momentos evaluativos. Tenemos que tener mucho cuidado de que nuestra metodología sea coherente con nuestra evaluación. No se puede trabajar de una forma en clase y luego evaluar de otra, porque esto es una estafa para el alumno y puede romper la confianza que había depositado en nosotros.

  1. Colaboración

La clase no es mía, es nuestra, de todo el grupo. Para conseguirlo, debemos explicar a nuestros alumnos nuestra metodología de una forma sencilla, que entiendan por qué estamos trabajando de esta manera, con estas actividades, por ejemplo, y por supuesto compartir nuestros objetivos. También se puede negociar con ellos la mejor forma de trabajar para todos, la evaluación apropiada, las diversas tareas y actividades. Si fomentamos un trabajo colaborativo donde nos ayudamos los unos a los otros, donde todos podamos aprender de todos, con seguridad, aprenderemos más y mejor.

  1. Calma

Pase lo que pase en nuestras clases, nosotros los profesores debemos tener calma, porque esta debe impregnar todo. Si algún alumno se altera, nos confronta, nunca pensar que es un ataque personal. Seguramente ese alumno está frustrado porque no entiende lo que está haciendo, porque no puede realizar la tarea, porque se siente tonto, que no puede aprender. Nosotros recibimos ese ataque porque estamos al frente de la clase y nos llega pero en realidad el alumno solo está dejando salir su frustración y agresividad. Mantengamos la clama y utilizando la asertividad, intentamos entenderle, hablar con él, no dejar que la confrontación bajo ninguna circunstancia escale. Después, si vemos que los resultados de los alumnos en las tareas o evaluaciones no cumplen nuestras expectativas, de nuevo mantengamos la calma y reflexionemos en lo que hemos hecho para descubrir en qué momento se ha ido demasiado deprisa, o se ha utilizado un material o una tarea no apropiados, o se ha trabajado insuficientemente o no de la forma más necesaria. Todo se puede reparar. Lo importante es que nosotros no nos pongamos nerviosos, porque los nervios y la frustración en muchos casos producen agresividad. Termina la clase y después intenta buscar una solución, una forma diferente de presentar o practicar esos contenidos para ver si de ese modo se comprenden y aprenden mejor.